¿Qué hacer con todas estas definiciones e
ideas?
Son útiles cuando se ha terminado
de escribir y se empieza a leer la historia. En general los creadores necesitan
leer sus propias ideas, incluso más de una vez, antes de intentar publicarlas o
difundirlas. Esto es así porque el proceso de escritura es complejo y en el
siempre ocurren sucesos inesperados.
Nuestras ideas pasan varias
etapas:
Primero, el pensamiento se
verbaliza, luego, esas palabras y frases más o menos formadas deben plasmarse.
Como hay un tiempo entre la idea y el momento en que queda plasmada, nuestra
mente puede seguir pensando, puede distraerse y puede tener ideas: Lo que
termina escrito nunca es exactamente en un inicio.
En todo esto puede haber también
muchas cosas que valgan la pena se les llama serendipio “accidentes felices” o
en México se conoce como Chiripa, lo
podemos aprovechar, pero solo lo descubrimos leyendo con cuidado y con
objetividad.
Antes de comenzar una revisión de
un cuento hay que dejarlo pasar un tiempo.
Una vez se puede comenzar a
detectar:
Que tal personaje es el
antagonista de tal otro, que tal historia con una estructura clásica más bien
debería tener otra; que falta descripción, que puede acelerarse la velocidad de
las historias, que este conflicto es más interesante de lo que parecía y este
sugiere que el tema central del que se escribe no es el que teníamos en mente.
Esta parte del proceso de la
escritura puede ser ardua, pero también puede ser estimulante, ya que es un día.
Las historias siempre son un
puente entre el que lo escribe y el que lo lee, de experiencias que todos los
humanos, es muy posible que una historia permita entenderse mejor, dar sentido,
algún aspecto o algún momento de su vida esto es lo que sucede cuando decimos
que una gran historia “Nos habla”
Tal vez tú puedes escribir la
historia que le hable a alguien más. Es una de las grandes inspiraciones de
todos los que inventan historias.
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